Braseros eléctricos para mesa camilla.
Braseros eléctricos para mesa camilla. En el mercado encontraremos diferentes tipos de estufas, que podemos clasificar en estufas eléctricas y estufas de gas.
Las estufas eléctricas son dispositivos que utilizan la electricidad para calentar una resistencia y aumentar la temperatura ambiental. Ofrecen el calor más limpio y puro, puesto que no genera ningún tipo de emisiones.
Hay varios tipos de estufas eléctricas:
La estufa eléctrica halógena
utiliza un elemento incandescente para la difusión energética que consiste en un filamento de metal enroscado dentro de un tubo de vidrio que contiene un gas halógeno. El filamento, generalmente de wolframio, se calienta al paso de la energía eléctrica y en reacción con el gas, elevando la temperatura. La difusión del calor mediante radiación en lugar de convección consigue una mayor eficiencia a la hora de calentar la parte de baja y media altura de la habitación.
Calefactor eléctrico cerámico:
en este caso, el cable de metal que se calienta se incrusta en una placa cerámica que a su vez se calienta e irradia calor. Estos calefactores no resecan tanto el ambiente, ya que necesitan menos cantidad de oxígeno para producir calor, que retienen con bastante eficiencia.
Estufa eléctrica de infrarrojos:
a diferencia de las anteriores, no calienta el aire a su alrededor sino que calienta los objetos cercanos de forma directa, por lo que son muy útiles cuando nos situamos directamente al lado del calefactor pero no tanto cuando queremos calentar el aire de la habitación.
Los termoventiladores
son calefactores eléctricos que se ayudan de un sistema de ventilación para repartir el aire caliente producido, independientemente de la forma en que lo calienten (aunque la mayoría son cerámicos). Son bastante prácticos cuando lo que se busca es calentar un punto concreto de una habitación o una habitación pequeña en poco tiempo, por ejemplo para calentar el cuarto de baño antes de una ducha.
Los radiadores eléctricos de aceite
se distinguen del resto en que utilizan la energía eléctrica para calentar un fluido (aceitoso) que actúa como un acumulador de calor. Esto implica que el radiador sigue calentando un tiempo después de apagarse. Sin embargo, también requieren más tiempo para calentarse que otros radiadores y no son adecuados si lo que necesitamos es calor instantáneo. Por otro lado, son menos peligrosos que las estufas al no haber una superficie incandescente, algo especialmente útil en hogares con niños.